Sergio Portugal Joffre
Serie: Orientación cristiana
Se está llevando a cabo una amplia promoción de la película La Pasión, producida y dirigida por el actor australiano Mel Gibson, bajo la firma de la productora cinematográfica ICON FILMS, e interpretada por el actor Jim Caviezel, en el papel de Jesús. Se ha podido advertir que tal promoción se realiza, inclusive, en el ámbito evangélico, recomendándola a los creyentes como si se tratase de una película sobre los sufrimientos y muerte en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, basada en los evangelios, no identificada con alguna confesión religiosa.
Sin embargo, para evitar que los siervos y el pueblo de Cristo sean sorprendidos en su buena fe, es preciso y urgente aclarar que el citado filme es un instrumento de propaganda católica, empleado además, para promover el ecumenismo. Ecumenismo con el cual se pretende llevar a cabo un contubernio anticristiano, aliando a evangélicos y católicos, confundiéndolos como si profesasen la misma fe en Jesús e, inclusive, pretendiendo agregar a ello a otras religiones opuestas al cristianismo.
Pero, esta película eminentemente comercial, no está basada fielmente en los evangelios, sino que el argumento presenta una confusa y engañosa idea sobre el sacrificio de Cristo, bajo la idea del llamado “vía crucis” católico. La realidad es que los productores del film basaron el argumento en un libro escrito por el poeta católico Clemens Brentano intitulado: “La dolorosa pasión de nuestro Señor Jesucristo de acuerdo a las meditaciones de Ana Catalina Emmerich”. En esta obra el autor recoge las visiones de una monja de la Orden católica de San Agustín, llamada Ana Catalina Emmerich, nacida en Flamsche, Alemania, quien vivió entre los años 1774 a 1824. Esta religiosa solía tener experiencias de estigmatización, presentando heridas y sangrado de origen sobrenatural en el cuerpo, que se suponía, eran las señales de las flagelaciones y crucifixión de Cristo. Las señales de tortura eran acompañadas de visiones sobre la agonía de Jesucristo que la citada vidente afirmaba tener. Como sabemos, tales experiencias no vienen del Señor nuestro Dios, sino que son manifestaciones de posesión demoníaca, características por el sadismo y lo siniestro con que se muestran.
El libro fue utilizado por Pío XII (Papa 1939-1958) y recomendado por el mismo, para el público católico. Es más, por medio de esta película se ha logrado promover la venta del libro sobre las experiencias psíquicas de Sor Emmerich, el mismo que fue publicado por la editorial Surgite y la revista católica Cristiandad. De manera que, al promocionar la Película La Pasión, algunos evangélicos estarían promoviendo la venta del libro de una poseída, en consecuencia. Steve McEveety, co productor de la película, viajó al Vaticano y la presentó ante las autoridades eclesiásticas romanas, el 5 de diciembre de 2003, para obtener la aprobación de Juan Pablo II. El Pontífice católico fue el primero en ver el filme, aprobándolo con la frase: “es como fue”. Posteriormente, también fue presentado al señor Billy Graham, conocido predicador, promotor del ecumenismo, contando con su visto bueno.
Que los cristianos tengamos siempre presente que debemos mantenernos fieles a nuestro Señor Jesucristo, obedeciendo su evangelio, tal como lo presenta la Sagrada Escritura, en su calidad de Dios nacido como hombre, quien derramó su sangre en la cruz, muriendo para salvarnos de nuestros pecados y que resucitó de entre los muertos. Tengamos en cuenta que el volver nuestros ojos hacia las falsas doctrinas con engañosa apariencia cristiana, es dar la espalda al Señor Jesús, quien nos rescató de la esclavitud y nos dio libertad en el Espíritu. No sólo nos engañamos a nosotros mismos, sino que este error puede arrastrar a otros a extraviarse de la fe y, además, cerramos la salida hacia la verdad a los no creyentes. La herejía católica ha reemplazado la divinidad de Jesucristo, con la adoración de diosas madres, ídolos, reliquias y celebraciones paganas, además del engaño con doctrinas gnósticas y otras blasfemias. Mantengamos nuestra salvación, esperando a Jesús, quien regresará pronto a recoger a los que se mantuvieron fieles a él hasta el final. Deuteronomio 13: 1-4; Gálatas 1: 6-10; Apocalipsis 3:11.
La Paz, Bolivia, Enero 2004
Se está llevando a cabo una amplia promoción de la película La Pasión, producida y dirigida por el actor australiano Mel Gibson, bajo la firma de la productora cinematográfica ICON FILMS, e interpretada por el actor Jim Caviezel, en el papel de Jesús. Se ha podido advertir que tal promoción se realiza, inclusive, en el ámbito evangélico, recomendándola a los creyentes como si se tratase de una película sobre los sufrimientos y muerte en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, basada en los evangelios, no identificada con alguna confesión religiosa.
Sin embargo, para evitar que los siervos y el pueblo de Cristo sean sorprendidos en su buena fe, es preciso y urgente aclarar que el citado filme es un instrumento de propaganda católica, empleado además, para promover el ecumenismo. Ecumenismo con el cual se pretende llevar a cabo un contubernio anticristiano, aliando a evangélicos y católicos, confundiéndolos como si profesasen la misma fe en Jesús e, inclusive, pretendiendo agregar a ello a otras religiones opuestas al cristianismo.
Pero, esta película eminentemente comercial, no está basada fielmente en los evangelios, sino que el argumento presenta una confusa y engañosa idea sobre el sacrificio de Cristo, bajo la idea del llamado “vía crucis” católico. La realidad es que los productores del film basaron el argumento en un libro escrito por el poeta católico Clemens Brentano intitulado: “La dolorosa pasión de nuestro Señor Jesucristo de acuerdo a las meditaciones de Ana Catalina Emmerich”. En esta obra el autor recoge las visiones de una monja de la Orden católica de San Agustín, llamada Ana Catalina Emmerich, nacida en Flamsche, Alemania, quien vivió entre los años 1774 a 1824. Esta religiosa solía tener experiencias de estigmatización, presentando heridas y sangrado de origen sobrenatural en el cuerpo, que se suponía, eran las señales de las flagelaciones y crucifixión de Cristo. Las señales de tortura eran acompañadas de visiones sobre la agonía de Jesucristo que la citada vidente afirmaba tener. Como sabemos, tales experiencias no vienen del Señor nuestro Dios, sino que son manifestaciones de posesión demoníaca, características por el sadismo y lo siniestro con que se muestran.
El libro fue utilizado por Pío XII (Papa 1939-1958) y recomendado por el mismo, para el público católico. Es más, por medio de esta película se ha logrado promover la venta del libro sobre las experiencias psíquicas de Sor Emmerich, el mismo que fue publicado por la editorial Surgite y la revista católica Cristiandad. De manera que, al promocionar la Película La Pasión, algunos evangélicos estarían promoviendo la venta del libro de una poseída, en consecuencia. Steve McEveety, co productor de la película, viajó al Vaticano y la presentó ante las autoridades eclesiásticas romanas, el 5 de diciembre de 2003, para obtener la aprobación de Juan Pablo II. El Pontífice católico fue el primero en ver el filme, aprobándolo con la frase: “es como fue”. Posteriormente, también fue presentado al señor Billy Graham, conocido predicador, promotor del ecumenismo, contando con su visto bueno.
Que los cristianos tengamos siempre presente que debemos mantenernos fieles a nuestro Señor Jesucristo, obedeciendo su evangelio, tal como lo presenta la Sagrada Escritura, en su calidad de Dios nacido como hombre, quien derramó su sangre en la cruz, muriendo para salvarnos de nuestros pecados y que resucitó de entre los muertos. Tengamos en cuenta que el volver nuestros ojos hacia las falsas doctrinas con engañosa apariencia cristiana, es dar la espalda al Señor Jesús, quien nos rescató de la esclavitud y nos dio libertad en el Espíritu. No sólo nos engañamos a nosotros mismos, sino que este error puede arrastrar a otros a extraviarse de la fe y, además, cerramos la salida hacia la verdad a los no creyentes. La herejía católica ha reemplazado la divinidad de Jesucristo, con la adoración de diosas madres, ídolos, reliquias y celebraciones paganas, además del engaño con doctrinas gnósticas y otras blasfemias. Mantengamos nuestra salvación, esperando a Jesús, quien regresará pronto a recoger a los que se mantuvieron fieles a él hasta el final. Deuteronomio 13: 1-4; Gálatas 1: 6-10; Apocalipsis 3:11.
La Paz, Bolivia, Enero 2004
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