JESÚS ES EL ÚNICO CAMINO PARA LA SALVACIÓN DEL HOMBRE

JESÚS DIJO: "YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA, NADIE VIENE AL PADRE SINO POR MÍ" (Juan 14:6).


El cristianismo es la doctrina de Dios para la salvación de los hombres mediante el sacrificio de Jesucristo en la cruz.


El cristianismo no es una tradición conservadora religiosa católica, protestante, ortodoxa o de cualquier otra índole; no es la teología mercantil del éxito, el pensamiento positivo o del dinero; tampoco es el conglomerado sincretista de tradiciones religiosas ecuménicas, con cuyas respectivas teologías se contradicen entre sí, sin llegar a la verdad.


El cristianismo no es teología, sino que es la doctrina de la verdad absoluta que es Dios mismo, para la transformación total del espíritu humano, de su alma y mente; es decir, la regeneración de todo su ser.

"PERO TÚ HABLA LO QUE ESTÁ DE ACUERDO CON LA SANA DOCTRINA" (Tito 2:1).

"PORQUE HAY UN SOLO DIOS Y UN SOLO MEDIADOR ENTRE DIOS Y LOS HOMBRES, JESUCRISTO HOMBRE" (1Timoteo 2:5).

lunes, 20 de septiembre de 2010

EL ECUMENISMO

Sergio Portugal Joffre

Serie: Orientación cristiana


Nuestro Señor Jesucristo y los apóstoles dejaron establecidos los fundamentos para la salvación de la humanidad, hace dos mil años. Pero, posteriormente, también se manifestaron personas que distorsionaron la enseñanza cristiana, produciendo herejías destructoras; que llevaron durante todos estos siglos, hasta el presente, a confundir la enseñanza cristiana con filosofías humanas y paganismo; extraviando a muchos del camino del Señor. Entre esas muchas herejías, podemos citar a los judaizantes, gnósticos, arrianos, católicos, mormones y testigos de Jehová, por ejemplo.

En el tiempo actual, ha surgido una última herejía, que es la del ecumenismo. Ecuménico, es una palabra que proviene del idioma griego “oikoumene” y significa “toda la tierra habitada”. La palabra ecuménico es utilizada como sinónimo de católico, porque ambas palabras significan universal. El catolicismo romano emplea el término ecuménico, por lo menos, desde el siglo IV d.C., para indicar su herencia grecorromana como imperio universal; asimismo, se refiere a su poder político y religioso expandido sobre la tierra. Así también son llamados los veintiún concilios ecuménicos que ha realizado desde el Concilio de Nicea en el año 325, hasta el último Concilio Vaticano II, finalizado el año 1965. La doctrina del catolicismo también es llamada ecuménica, por cuanto procede de estos concilios y es la norma religiosa válida para todo el mundo católico. Dentro de la doctrina ecuménica católica se incluyen sus tradiciones y dogmas heréticos.

El término “ecuménico” ha llegado a ampliar su significado, en el siglo XX, para referirse a la reunión de las diferentes confesiones religiosas evangélicas, ortodoxa oriental, armenia, copta, anglicana, Ejército de salvación y otras más, en torno a la institución católica romana, tomando un sentido de unidad universal con ella. Ya desde antes del siglo XIX se iniciaron encuentros entre personeros del Vaticano, las iglesias protestantes evangélicas y la Iglesia Anglicana, al grado que, en el año 1846, se constituyó en Londres, Inglaterra, una alianza evangélica para preparar el terreno, a fin de lograr acuerdos, con el papado romano. La Iglesia Anglicana o Iglesia de Inglaterra, que no es cristiana, fue la autora de esta iniciativa. Finalmente, el año 1948, en Ámsterdam, Holanda, se realizó la fundación del CONSEJO MUNDIAL DE IGLESIAS (CMI), que es la mayor organización ecuménica, la cual integra a evangélicos pro católicos tradicionalistas, pentecostales y carismáticos, junto con los ortodoxos orientales y anglicanos; como instrumento oficial para desarrollar las relaciones inter eclesiales con la institución católica romana. Desde entonces, hasta hoy, aunque no todas se incluyen dentro del CMI, existen diversas organizaciones mundiales que son parte del movimiento ecuménico; es decir, iglesias, seminarios e institutos teológicos, fundaciones, ONG’s, redes de comunicación masiva, editoriales, empresas fonográficas, etc. Sus actividades se dirigen manifiestamente a promover la capacitación, misiones y movilizaciones, para llevar a los cristianos hacia una comunión con el catolicismo; que, en buenas cuentas, no es otra cosa que desviarnos de nuestro camino y dirigirnos de regreso al papismo, la idolatría, el marianismo y la herejía católica. El movimiento carismático es parte del ecumenismo; por cuanto sus seguidores afirman que el poder del Espíritu Santo también se manifiesta en los católicos, anglicanos, ortodoxos y evangélicos, para la unidad.


El argumento que los seguidores del ecumenismo emplean para justificar esta alianza con el catolicismo, es que todas las denominaciones deben unirse; haciendo a un lado lo que ellos llaman sus “pequeñas diferencias doctrinales” para seguir el ideal común que, supuestamente, es Jesucristo. Pero, en realidad, se trata de seguir el rumbo de previos acuerdos políticos y económicos, existentes entre gobiernos y entidades empresariales multinacionales y líderes religiosos; para quienes el movimiento ecuménico es un poder político y religioso que les sirve como apoyo complementario, que fortalezca la globalización y conduzca, mancomunadamente, hacia la implantación de un futuro Gobierno Mundial dictatorial.

El ecumenismo también propugna que esta unidad interdenominacional se realice reconociendo al papa romano como su autoridad espiritual suprema y a la institución católica como la “santa madre iglesia”, a la cual deben retornar los “hermanos separados”. Esta labor implica que los lazos de unidad se extiendan hacia las otras religiones, tales como el judaísmo, el islamismo, el budismo, el hinduismo, etc., para lograr conformar un instrumento mayor, que es el macro ecumenismo, como lo llaman. En otras palabras, llegar a negar que Jesús sea el único camino de salvación y aceptar que existen otros caminos para llegar a Dios, mediante otras religiones y profetas. Este objetivo se encuentra en ejecución, pues, ya se llevan a cabo ceremonias unidas macro ecuménicas, públicamente; al mismo tiempo que son muchos los predicadores evangélicos catolicistas que emplean un doble lenguaje, hablando de Jesús como único salvador, por una parte, y alabando al papa, así como a otras religiones y sus dioses, por otra parte.

La herejía ecuménica es la antesala hacia la aparición de la segunda bestia, de la cual nos advierte el libro de Apocalipsis 13:11-18, es decir, el falso profeta; que tiene por misión hacer que los habitantes de la tierra adoren al anticristo, quien es la primera bestia, o sea, el futuro dictador del Gobierno Mundial (Apo 13:1-18). Los ecuménicos usan la palabra amor, como pretexto para estos fines; que es uno de los engaños de los que nos advirtieron los apóstoles: “… y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas…” (2Pedro 2:1-3).

La Paz, Bolivia, Enero 2005

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